La llegada del frío nos ha hecho por fin tomar conciencia de que realmente estamos en otoño, una estación que se presta a la creación de preciosas decoraciones interiores y exteriores, entre las que, por supuesto, no pueden faltar las flores. Y es que, además de su indudable valor decorativo, las flores y plantas en general fomentan el bienestar y la relajación en el hogar, y nos ofrecen una ración extra de oxígeno que resultará muy útil para reducir el polvo y otras sustancias perjudiciales para nuestra salud, por lo que su presencia en casa es casi obligada.
Los jarrones son todo un clásico a la hora de decorar la casa con flores de otoño. Una forma de hacerlo es con flores o ramas secas, que como sabes no precisan apenas mantenimiento en comparación con las flores naturales. En cualquier caso e independientemente de que nos decantemos por una opción u otra, es preferible optar por flores de colores cálidos como el marrón, el naranja o el amarillo y complementarlos con algún toque de verde para aportar cierta frescura y lograr un elegante contraste visual.
Pero la presencia de las flores no se limita a los jarrones o las macetas. También podemos usarlas para formar un bonito centro o cesta floral, así como para decorar una pared, un cuadro artesanal compuesto por hojas de árboles o incluso la puerta principal de la vivienda a través de una hermosa corona de ramillas.
Un rincón muerto en cualquier estancia también puede ser una buena excusa para colocar una flor de pie que realce el ambiente, mientras que una mesa baja en el salón se presta a la colocación de diversas flores de tallo largo, consiguiendo con ello un resultado alegre y muy original. Asimismo, la cocina o el recibidor son buenos lugares para colocar flores aromáticas que impriman calidez y una agradable fragancia al ambiente, o incluso plantas trepadoras como la hiedra o el poto, cuyas hojas verdes avivarán el aspecto de las paredes.
El crisantemo o flor de septiembre, famosa por su peculiar y atractiva forma, es una excelente opción para el otoño, tanto para el interior de la casa como en para la terraza o el jardín. Su amplia variedad de colores, formatos y tamaños multiplica sus posibilidades a nivel decorativo. Algo parecido sucede con los ciclámenes, que destacan por su resistencia y floración continuada. Del mismo modo, las violas y los pensamientos también son altamente recomendables para los meses más fríos por su alta capacidad de aguantar las bajas temperaturas.
Este otoño las flores y plantas son tus mejores aliadas para decorar la casa.